Semper Vivens
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En esta publicación queremos abordar un tema de gran importancia, los productos engañosos, productos desarrollados únicamente con los beneficios económicos en mente, sin tener en cuenta la satisfacción del cliente.

En el sector funerario esto es especialmente grave, ya que al momento de tanta fragilidad como es el del duelo por un ser querido, se le une la frustración que genera el producto que supuestamente iba a mitigar el dolor o al menos a acompañar durante ese duro proceso.

Por ello, dejando intereses personales aparte, consideramos un deber social denunciar dichos productos, por temas éticos y por respeto a las personas, tanto a los fallecidos como a las personas en proceso de duelo.

Todo ello surge tras estudiar determinadas urnas biodegradables que afirman convertirte en árbol después de la vida, o devolverte a la naturaleza. Sin embargo son productos que no parecen tener en cuenta las necesidades reales de la semilla y futura planta, ni aspectos técnicos. De modo que, en un porcentaje inaceptablemente alto, la semilla no va a germinar, y de hacerlo, la planta se va a encontrar con unas condiciones que le van a impedir prosperar.  

Lógicamente no sería responsable afirmar tal cosa sin razones de peso, de modo que desgranaremos los hechos contrastados, e indicaremos los fallos conceptuales de dichos productos, pues su proceso de desarrollo científico-técnico parece insuficiente. Veámoslo:

  • Para comenzar, estas urnas afirman dar libertad de seleccionar la semilla que uno quiera. Sin embargo, al no desarrollarse la urna con una especie concreta en mente, es imposible que el producto sea óptimo para su planta. Hay que tener en cuenta que, en función de su evolución a lo largo de millones de años, cada especie vegetal está adaptada para unas condiciones y tiene unas necesidades muy concretas. Una urna inespecífica no atenderá a dichas necesidades.
  • Por otra parte, la no inclusión de semilla es una medida muy arriesgada, pues los porcentajes de germinación de las semillas son enormemente variables, y por norma general, muy alejadas del 100% de éxito. Existen infinidad de especies cuyas semillas tienen un porcentaje de éxito muy bajo, o directamente nulo sin pretratamientos previos.
  • Incluso de especies con porcentajes altos, necesitará semillas de perfecta calidad, lo cual es difícil reconocer previamente a su siembra, ya que normalmente no conocemos el manejo le ha dado el distribuidor, ni el tiempo que han estado almacenadas.
  • Adicionalmente que sea únicamente una semilla, es un riesgo adicional. Como muestra, en nuestra urna Sempervivens, nuestras semillas tienen un porcentaje individual probado en laboratorio del 97’8% de germinación, y aún así consideramos arriesgado utilizar una sola, de modo que en cada vasija utilizamos tres semillas, de modo que estadísticamente tenemos más del 99’9% de probabilidad de que al menos una semilla germine. Eso no va a suceder jamás con una única semilla, de una especie no probada en la urna biodegradable.
  • Estas urnas tampoco incluyen ningún tipo de guía de cuidados para la planta (ya que desconocen qué planta escogerá el cliente), ni de consejos para asegurar la germinación. Una vez vendida la urna, la empresa no participa del proceso, y no guían de ninguna manera al cliente. Se puede argumentar que en internet siempre se pueden encontrar consejos de cuidados, pero la información puede ser inexacta, o al menos, no completamente aplicable a las condiciones peculiares de una urna, con bastantes diferencias a una maceta común.
  • Y en cuanto al diseño, mencionar que estas urnas tampoco tienen en cuenta las condiciones internas que se producen en ellas. Esto deriva en urnas sin sistema de drenaje que impida la acumulación de líquidos en su interior, lo cual indudablemente generará condiciones insalubres para la planta, permitiendo la proliferación de hongos que enfermen a la planta.

Sin embargo, el mayor problema que hemos detectado es conceptual, el de la posición de las cenizas en la urna. Contextualizando, está científicamente probado que las cenizas funerarias son, en un primer momento, un material agresivo que daña las raíces de las plantas. Esto es así por su alto pH y salinidad.

  • En las otras urnas, las cenizas se encuentran inmediatamente bajo el punto de siembra de la semilla, de modo que la planta se verá afectada por las condiciones adversas en los momentos inmediatamente posteriores a su germinación (si no antes), cuando sus raíces comiencen a crecer y profundizar. Ni que decir tiene que una planta de días de vida es muy vulnerable y frágil, y que por tanto, bajo esas condiciones negativas dicha planta va a morir irremediablemente.
  • Por otra parte, en nuestro desarrollo, hemos tenido en cuenta este fenómeno en todo momento, y hemos hecho un diseño interior que la distancia y posición relativa de planta y cenizas es tal que permite a las raíces acercarse a las cenizas en el momento adecuado, una vez las cenizas hayan comenzado su proceso de degradación y liberación de nutrientes, por el paso del tiempo y por el efecto de los productos de riego que incluimos con nuestras vasijas.

De modo que les rogamos que no recurran a estas urnas engañosas, o al menos, se informen detalladamente respecto a lo que estén comprando.

Porque, al contrario que con nuestra vasija, en dichos productos, una vez introducidas las cenizas y hecha la siembra y riego, las cenizas de su ser querido quedarán irrecuperables, tanto si en su urna germina una planta, como si no lo hace.